“Comencé a salir de la calle cuando dejaron de tratarme como un zombi y sí como una persona”.
No creo que se me olvide nunca esta frase y toda la expresión de dignidad que encierra que hace años le escuché a una antigua persona sin hogar. Dar voz a las personas en vez de intentar hablar en su nombre es una de las características de ONG y profesionales que han optado por combatir la pobreza en vez de parasitarla.
Hoy es el Día contra la Violencias Machistas y mañana será el Día de las personas sin hogar . Es un orgullo ceder mi blog para conocer esta historia de participación, feminismo y dignidad.
Gracias a Beatriz Ortiz, directora de comunicación de la Asociación Realidades por contarlo, pero sobre todo gracias a Antonia, Yazmira, Patricia, Concha, Diana, Karely, Rosalyn, Antonieta, Laura, Mila y Prado por luchar y por hacerlo cantando…
“Las mujeres sin hogar cargamos con más estigmas por ser mujeres y por estar sin hogar”.
Las violencias machistas no entienden de clases sociales, fronteras, culturas, orígenes o edades. Y eso es algo que las once mujeres sin hogar que protagonizan este artículo tienen muy claro. Ellas son Antonia, Yazmira, Patricia, Concha, Diana, Karely, Rosalyn, Antonieta, Laura, Mila y Prado.
De manera colaborativa ya sea aportando su historia de vida, su voz, su imagen o sus ideas, han participado en una aventura audiovisual colaborativa para denunciar las violencias machistas que afectan a todas las mujeres y que ellas, por encontrarse una situación de exclusión social, por ser mujeres sin hogar, han vivido de una manera más violenta y extrema aún.
Seguir leyendo en el blog «No me pidan calma» de La Voz de Galicia