Hoy es el Día de las Personas Sin Hogar y desde Asociación Realidades queremos contarles la historia de Julia. Hace 58 años nació en una familia con muy pocos recursos y desde los 16 ha trabajado, pero sin cotizar. Al morir su madre hace unos años lo perdió todo: su única familia, el alquiler de renta antigua y la pensión de viudedad con la que malvivían las dos. Julia se quedó sin nada. Accedió a varios recursos para personas sin hogar, pero le resultaban espacios muy violentos y tenía miedo. En cuanto comenzó a recibir una prestación económica para personas en situación de exclusión social prefirió pagarse un alquiler en una casa compartida con otras 5 personas y recoger comida en bancos de alimentos para poder comer todo el mes.

Accedió a un programa de búsqueda activa de empleo, pero con sus años, su escasa formación y su experiencia laboral, las esperanzas de encontrar un trabajo son casi inexistentes. Conoció a Ángel, también una persona sin hogar que bebe y la pega. Le daba miedo, pero le daba más miedo la calle, la nada, la soledad.

La historia de Julia, que seguro que no le es ajena a nadie, es real aunque su nombre es ficticio. Sin embargo, estos días en los que el sinhogarismo estará más presente, en el imaginario colectivo el perfil de quienes se encuentran en esta situación será el de un hombre, no el de una mujer. Las mujeres sin hogar están totalmente olvidadas y por eso hoy hablamos de Julia. Pincha aquí para seguir leyendo en 3.500Millones de El País.

 

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