Pese a las dificultades provocadas por la pandemia del Covid-19, las causas del sinhogarismo van mucho más allá de los acontecimientos del año 2020.

¿Qué es lo que lleva a una persona a la calle hoy en día? Pese a lo que podamos pensar, la calle no está tan lejos como parece y cualquier persona puede verse privada del derecho básico a la vivienda. La falta de vivienda social – que constituye solo un 2,5% del parque de viviendas de España frente al 30% de Holanda, según Housing Europe -, la subida de los alquileres, la especulación con la vivienda o el desempleo – un 16,13% en enero de 2021 – son las principales razones por las que una persona se queda sin hogar.  

La pandemia ha agravado, en cierta medida, una situación de vulnerabilidad crónica. Todas las causas por las que una persona se queda sin hogar ya existían antes de marzo de 2020, pero el Covid-19 las ha empeorado. De esta manera, podemos comprobar que las peticiones de atención en la Asociación Realidades se multiplicaron en más de un 200% en el último semestre de 2020. 

Álex, uno de los participantes en los talleres de la Asociación, que vive en un hostal para personas sin hogar desde hace cinco meses, cuenta que se gastó “todos los ahorros que tenía y ya no podía pagar la habitación donde estaba”. Sin empleo y sin redes familiares en España, se quedó en situación de calle.

En el hostal donde se encuentra ahora, las personas que conviven con él “no tienen recursos suficientes, se quedaron – también – sin ahorros y están desempleados”.  Para Álex, “la mayoría son gente educada que están pasando por una mala situación”.

El Covid-19 también ha convertido muchas de las gestiones que han de hacerse con la Administración Pública en una odisea tras la pantalla, terminando de excluir a quien su vida dependía de un alambre. El nuevo sistema de citas, la atención telemática y el colapso de servicios y comedores sociales han hecho la cuesta arriba mucho más empinada para las personas sin hogar. 

No obstante, no todo es la pandemia. La mayor parte de las personas que acuden a los servicios de la asociación, entre ellos los de lavadora y ducha, vienen por causas ajenas al Covid-19. Son personas con una situación de calle cronificada – aunque la pandemia haya aumentado su vulnerabilidad – y personas migrantes recién llegadas a España, que no encuentran plaza en unos servicios de atención completamente colapsados. 

Algunas de las personas que acuden a la Asociación Realidades, tal y como cuenta Martín, integrador de nuestro nuevo Centro de Día situado en el Distrito de Usera, solo necesitan un “empujoncito” para salir de la calle. Muchos de ellos, los perfiles menos crónicos y usualmente migrantes, buscan cursos formativos y su intención es encontrar un empleo de la manera más rápida posible para salir de la situación en la que se encuentran. 

En definitiva, cualquier persona puede acabar en situación de calle por circunstancias que escapan a su control y, en muchas ocasiones, las personas sin hogar podrían salir de esa situación si la sociedad pusiera los medios para ello. En la Asociación Realidades ofrecemos un abanico de servicios de intervención y participación para defender los derechos de las personas que están sin hogar.

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