«El empleo tiene que ser una forma de mejorar la vida, no de complicarla más»

Cristina Álvarez es responsable del servicio de Empleo de la Asociación Realidades en Madrid. En su trabajo orientando y acompañando a personas que están sin hogar, rechaza, desde el primer momento, la “culpa” que uno siente al estar desempleado y parte de la idea de que “el mercado laboral nos usa y nos tira”, que nos “marea” y nos hace olvidar qué y quiénes somos.

El servicio de empleo de la asociación se puso en marcha en 2009 en la zona del Corredor del Henares, en 2014 en el municipio de Madrid y, a partir de 2017, en Sevilla. Este servicio está dirigido a la atención sociolaboral de personas en situación de exclusión residencial, desde personas que están viviendo en la calle a personas que se encuentran en una vivienda insegura – con amenaza de desahucio o de violencia por parte de un familiar o pareja, entre otras – o inadecuada – como una chabola o una vivienda masificada.

Desde el servicio, diseñado como un programa de acompañamiento a la inserción laboral, se hace una orientación individual social y laboral, una orientación grupal – ahora mismo en pausa por la pandemia – y una intermediación laboral con empresas, facilitando el proceso de selección, ofreciendo candidatos ajustados al perfil que buscan y realizando un seguimiento.

Para Realidades, una de las características que hacen a este proyecto único es la parte que dedicamos a la atención social. “La problemática de las personas sin hogar nunca es solo que no tienen empleo, que no tienen ingresos… Siempre es multifactorial. Es importante tener un trabajador social en los servicios de empleo, que pueda servir como apoyo y lidiar con estas situaciones que no son estrictamente de empleo, pero que son facilitadores para que la persona pueda acceder a un empleo”.

De esta manera, las profesionales ayudan a los usuarios del servicio a pedir el Ingreso Mínimo Vital (IMV), la Renta Mínima de Inserción (RMI) y a coordinar su relación con los servicios sociales y ante cualquier organismo público, entre otras acciones.

Las personas que vienen al servicio quieren conseguir la estabilidad y tranquilidad que da un puesto de trabajo. “Conseguir un empleo será un respiro de alivio y estar activa laboralmente sería un objetivo conseguido”, cuenta Ana Lucía, usuaria del servicio de empleo.

La mayor parte de las personas que acuden al servicio ya vienen con un oficio, con una trayectoria laboral. “Son fontaneros, son peones de jardinería, han sido taxistas, hemos tenido hasta economistas. Sin embargo, por una serie de catastróficas desdichas, han perdido la vinculación social y una de las patas que han perdido es el empleo”, aclara.

Según la trayectoria laboral que hayan tenido, se refuerzan las formaciones que puedan necesitar para reincorporarse al mercado laboral. “Muchas personas se han quedado descolgadas del sector de la construcción, siendo oficiales de primera, porque no tenían el curso de prevención de riesgos laborales”explica Cristina-. “El mercado laboral crea barreras. Las personas llevan 30 años trabajando en obras y, de repente, tienen que hacer un curso de 250 euros”. Una vez que hacen este curso, ya “vuelan” al volver a estar actualizados.

“Me están ayudando mucho. Hemos hecho un plan de trabajo. Ahora mismo estoy haciendo un curso de domótica y, cuando acabe, realizaré otro tipo de cursos más selectivos. Y, a partir de ahí, buscaremos conjuntamente trabajo y lo compaginaremos con los estudios”, dice Javier, uno de los participantes en el servicio de Empleo.

Cristina explica que el empleo es “un medio de ganarse la vida, un medio de prestigio social, de reputación, de tener una carta de ciudadanía”. Por eso, algunas personas, cuando se van de la asociación con un curriculum en la mano, no pueden contener la emoción y lloran. “No saben lo que son, el mercado laboral les ha mareado. De repente, les das un papel y dicen ‘yo soy esto’”.

Pese al esfuerzo y dedicación que se pone desde el servicio de empleo, la pandemia ha dificultado mucho su labor. Las normas de prevención del Covid-19 han complicado la realización de talleres grupales, una experiencia muy enriquecedora y que permitía compartir y crear conocimiento a los usuarios.

Además, el Covid-19 ha aumentado la brecha digital de los usuarios. “Ahora mismo, en la pandemia, la brecha es entre los que usan un ordenador y los que no. Como no utilices un ordenador, no accedes a nada”. La asociación ha buscado facilitarles las gestiones y ha adaptado sus talleres de informática al móvil, un dispositivo mucho más accesible y fácil de usar para las personas que están sin hogar. Pese a las limitaciones que pueda tener un móvil, considera que utilizarlos es “aprovechar la capacidad que ellos tienen” para que “hagan sus pequeñas gestiones”.

Pese a todas las dificultades, nuestro servicio de Empleo sigue cumpliendo con las metas previstas. Durante el año 2020, 249 personas sin hogar han realizado un itinerario de inserción laboral en el Servicio de Empleo de la Asociación Realidades en la comunidad y, de ellas, 97 personas han conseguido un empleo (39%). En Sevilla se atendieron a 126 personas, de las cuales 44 personas han conseguido un empleo (35%). La Unidad Distrital de Colaboración de Arganzuela que gestionamos junto a La Rueca forma parte de este servicio. 

También el Covid-19 ha cambiado la tipología de personas que acuden al servicio. “Ahora mismo personas que, hasta ahora, estaban normalizadas pese a su precariedad, con una hipoteca, con una familia, con sus gastos… están en una situación de crisis tremenda, esas personas están viniendo a nuestra puerta a demandar una atención que nosotros no les podemos dar porque, al final, nuestro objetivo es atender a personas de la red de personas sin hogar”. No obstante, Cristina denuncia que ninguna administración ha habilitado programas para ellas.

También señala que muchas veces el empleo, en vez de “mejorar la vida” de las personas que están sin hogar, se la “complica”. “Cuando cobras la RMI, si empiezas a trabajar y te la quitan, luego no tienes seguridad de cuándo la vas a volver a recuperar. Muchas veces por un empleo de un mes y medio podemos arruinar la vida a una persona porque, a lo mejor, la Comunidad de Madrid no te vuelve a gestionar la renta mínima hasta dentro de cuatro meses. Y la persona se queda en la calle”, alerta.


Este servicio recibe la financiación del Fondo Social Europeo, la Comunidad de Madrid e Incorpora de Fundación La Caixa.

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